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Certificación agroalimentaria en Navidad: cómo garantizar confianza en productos de alta demanda con CALICER

La campaña navideña es, para la industria agroalimentaria, uno de los periodos más intensos del año. Aumenta la demanda, se multiplican los pedidos, se concentran las decisiones de compra y, al mismo tiempo, crece la exposición de las marcas. El consumidor busca productos especiales, el canal profesional exige plazos ajustados y los distribuidores se vuelven especialmente sensibles a cualquier incidencia que pueda afectar a la confianza del mercado.

En este contexto, la certificación agroalimentaria de producto adquiere un valor estratégico. No se trata únicamente de cumplir un requisito técnico o documental; se trata de reforzar la credibilidad del fabricante en un momento de máxima visibilidad comercial. Y es aquí donde CALICER, como entidad certificadora con amplia experiencia en el sector agroalimentario, aporta un respaldo fundamental para empresas que quieren proteger su reputación y consolidar su posición en mercados cada vez más exigentes.

Navidad y productos agroalimentarios: el momento de mayor exposición

Durante diciembre, los productos asociados a celebraciones familiares, regalos gastronómicos y menús especiales ocupan un papel protagonista. En España y Portugal, ese protagonismo se refleja con especial fuerza en categorías como:

  • Ibéricos y embutidos de alta gama.
  • Jamón serrano y productos curados.
  • Elaborados cárnicos tradicionales.
  • Aves y productos listos para hornear o consumir.
  • Especialidades regionales y productos gourmet.

El incremento del volumen de producción y distribución no solo pone a prueba la capacidad logística de la industria, sino también su robustez documental y técnica. La certificación ayuda a demostrar que, incluso en campañas de alta presión operativa, el producto mantiene sus estándares y su promesa de calidad.

Qué significa certificar productos en un mercado estacional

Uno de los conceptos más relevantes para explicar el valor de CALICER es la certificación de producto. Tal como define la práctica de la empresa, sus auditorías se centran en verificar que los productos cumplen los estándares indicados en normas y reglamentos de uso asociados a distintos alcances, revisando composición, requisitos técnicos, documentación, etiquetado y, cuando corresponde, toma de muestras.

Esto es especialmente relevante en campañas donde el componente emocional del consumo se une a expectativas de calidad elevadas. El comprador profesional necesita garantías objetivas para sostener la confianza del canal. El consumidor final quiere saber que lo que compra es auténtico, seguro y coherente con su precio.

La intervención de una entidad externa e independiente aporta un elemento esencial en estos periodos: la tranquilidad de un control profesional y trazable, que se suma a los autocontroles internos de cada industria.

Sectores más sensibles en estas fechas

Ibéricos y elaborados cárnicos
En Navidad, la compra de ibéricos se intensifica. El mercado se llena de referencias y presentaciones especiales. La certificación contribuye a reforzar la consistencia del producto, evitando desviaciones en composición o presentación que puedan comprometer su valor percibido.

Jamón serrano
El jamón serrano es uno de los productos más vinculados a celebraciones. Su calidad se asocia a procesos y materias primas muy concretas. La certificación de producto ayuda a respaldar esa calidad, así como su correcta identificación en etiquetado y comercialización.

Aves y productos preparados
Las aves y elaborados listos para consumo o cocinado rápido asumen un peso importante en los menús de estas fechas. La certificación aporta seguridad adicional en un segmento con alta rotación y demanda.

Productos gourmet y especialidades regionales
El consumo de productos diferenciados y de origen reconocido también se dispara. Aquí la certificación actúa como un sello de confianza que protege la singularidad del producto, favorece su posicionamiento premium y reduce el riesgo de imitaciones o confusiones.

Puntos críticos que la certificación ayuda a blindar

La certificación aporta valor cuando se apoya en parámetros verificables. En el caso de CALICER, su metodología de auditoría se orienta a comprobar aspectos clave del producto:

  1. Composición y requisitos técnicos
    La revisión del cumplimiento de porcentajes, ingredientes básicos y componentes definidos por norma es esencial. En productos tradicionales y diferenciados, la conformidad se traduce en protección real del valor gastronómico y comercial.
  2. Etiquetado y transparencia
    El etiquetado no es un mero detalle comercial. Es una herramienta de confianza. En campañas como Navidad, donde el consumidor compara y decide con rapidez, la claridad del mensaje y la veracidad del contenido son determinantes.
  3. Trazabilidad y coherencia documental
    Una trazabilidad sólida permite demostrar el origen de materias primas, el seguimiento de lotes y la consistencia entre registros, producto final y documentación asociada. En auditorías de producto, este punto suele marcar la diferencia entre un sistema robusto y uno vulnerable.
  4. Muestras y contrastes analíticos
    Cuando corresponde, la toma de muestras y el contraste técnico contribuyen a confirmar objetivamente que el producto responde a los requisitos establecidos.

Beneficios empresariales de certificar en campaña navideña

La certificación de producto con CALICER no aporta solo una mejora técnica; aporta una mejora estratégica. Entre los beneficios más relevantes destacan:

Diferenciación real en el mercado
En un entorno saturado de mensajes comerciales, la certificación se convierte en un argumento objetivo. Permite posicionar el producto en categorías de mayor valor, especialmente en canales donde la calidad demostrable es un criterio de selección.

Reducción de riesgos reputacionales
Un problema de calidad en campaña alta tiene un impacto amplificado. La certificación ayuda a prevenir errores, detectar desviaciones y reforzar el autocontrol interno de la empresa.

Fidelización del canal profesional
El cliente industrial, el distribuidor y el comprador profesional valoran proveedores con sistemas de calidad sólidos y con respaldo externo. Certificar significa, en muchos casos, consolidar relaciones comerciales y garantizar continuidad en el suministro.

Protección del consumidor y del valor de marca
La certificación contribuye a que el consumidor perciba coherencia entre el precio que paga y la garantía que recibe. En productos navideños, donde el gasto medio suele aumentar, esa percepción es especialmente importante.

CALICER: certificación de productos con experiencia y confianza

CALICER se ha consolidado como una entidad de referencia en la certificación de productos agroalimentarios. Su trabajo se basa en auditorías independientes centradas en comprobar que un producto cumple lo establecido en normas y reglamentos aplicables, con un resultado claro: conforme o no conforme, además de la comunicación técnica de las no conformidades y sus vías de subsanación.

Este enfoque aporta un doble valor:

  • Refuerza la objetividad de la evaluación.
  • Acompaña al cliente en la mejora de su producto.

La industria no solo obtiene una validación externa; obtiene una orientación concreta para reforzar su sistema de calidad y su propuesta de mercado.

Navidad es tradición, familia y celebración. Pero también es un periodo de alta exigencia para la industria agroalimentaria. En un mercado donde la confianza lo es todo, la certificación de producto se convierte en un instrumento decisivo para respaldar la calidad, proteger la marca y diferenciarse con argumentos sólidos.

CALICER aporta la independencia, el conocimiento técnico y la experiencia necesaria para que las empresas lleguen a estas fechas con seguridad, credibilidad y capacidad de crecimiento comercial.

Si tu empresa busca reforzar la confianza en sus productos durante la campaña de mayor demanda del año, contacta con CALICER y descubre cómo la certificación puede convertirse en tu mejor aliado estratégico.

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Norma del Ibérico: la guía definitiva para entender las etiquetas y garantizar la máxima calidad

El jamón ibérico es mucho más que un alimento; es un emblema de la cultura gastronómica española, un lujo apreciado en todo el mundo y el resultado de una tradición centenaria. Pero en un mercado donde la excelencia se paga, también existe el riesgo del fraude y la confusión. ¿Cómo puede un consumidor estar seguro de que está comprando la calidad por la que paga? ¿Y cómo puede un productor honesto proteger el valor de su trabajo frente a la competencia desleal?

 

La respuesta a ambas preguntas reside en un pilar fundamental: la Norma de Calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibérico (recogida en el Real Decreto 4/2014). Esta legislación no es un capricho burocrático, sino el guardián de la herencia del cerdo ibérico, un sistema diseñado para aportar transparencia, garantizar la autenticidad y proteger tanto al consumidor como al productor.

 

Como entidad de certificación de ibéricos acreditada, en Calicer vivimos el día a día de esta norma. Nuestro trabajo es verificar cada eslabón de la cadena. Por ello, hemos creado esta guía definitiva para descodificar sus secretos y entender por qué la certificación no es una opción, sino la única garantía de una calidad certificada.

 

  1. Descodificando las etiquetas: los 4 precintos de colores que debes conocer

La herramienta más visible y poderosa de la Norma del Ibérico son los cuatro precintos de plástico inviolables que deben llevar todos los jamones y paletas en el tobillo. Cada color representa una categoría específica basada en dos factores clave: la raza del animal y su alimentación antes del sacrificio. Conocerlos es la clave para una compra informada.

 

Precinto negro: jamón de bellota 100% ibérico

Es la máxima categoría, la joya de la corona. Este precinto garantiza dos cosas: que el animal es de raza pura 100% ibérica (tanto el padre como la madre están inscritos en el libro genealógico) y que, durante su fase final de engorde (la montanera), se ha alimentado exclusivamente de bellotas, hierbas y otros recursos naturales de la dehesa. Son animales criados en total libertad en este ecosistema único.

 

Precinto rojo: jamón de bellota ibérico

De altísima calidad, este precinto indica que el animal ha sido alimentado de la misma forma que el de precinto negro (bellotas y pastos en la dehesa durante la montanera). La diferencia reside en la raza: se trata de animales con un 75% o un 50% de raza ibérica, cruzados con la raza Duroc.

 

Precinto verde: jamón de cebo de campo ibérico

Este precinto identifica a cerdos que, aunque también han sido criados en libertad o semilibertad en el campo (de ahí «de campo»), su alimentación se ha basado en piensos de cereales y leguminosas, complementada con los pastos naturales que encontrasen. La pureza racial puede ser del 100%, 75% o 50% ibérico.

 

Precinto blanco: jamón de cebo ibérico

Es la categoría de entrada a los productos ibéricos. Corresponde a animales criados en granjas (no en libertad), donde su alimentación se basa exclusivamente en piensos elaborados con cereales y leguminosas. Al igual que el verde, la pureza racial puede ser del 100%, 75% o 50% ibérico.

 

Entender estos cuatro precintos del jamón es fundamental. Son una garantía visual y directa de la vida que ha tenido el animal y, por tanto, de las cualidades organolépticas que podemos esperar del producto final.

 

  1. Más allá del precinto: otros aspectos clave de la norma

La norma del ibérico es exhaustiva y regula muchos otros aspectos para asegurar la calidad de principio a fin:

 

Pureza Racial: La genética es la base de todo. La norma exige un control estricto sobre la genealogía de los reproductores para poder certificar los porcentajes de raza ibérica de cada animal.

 

Manejo y Superficies Mínimas: No basta con decir que un animal vive en el campo. La norma establece densidades máximas de animales por hectárea tanto en las granjas como en las dehesas para garantizar el espacio suficiente y el bienestar animal.

 

Tiempos Mínimos de Elaboración: La magia del jamón ibérico reside también en su lenta y paciente curación. La legislación fija unos periodos mínimos de elaboración (que incluyen salazón, secado y maduración en bodega) en función del tipo y peso de cada pieza. Un jamón de bellota 100% ibérico, por ejemplo, requiere un proceso mucho más largo que un cebo.

 

  1. El papel del certificador: la vigilancia de principio a fin

¿Y quién se asegura de que todo esto se cumple a rajatabla? Aquí es donde entra en juego la figura de la entidad de certificación independiente, como Calicer. Nuestro trabajo es realizar una trazabilidad completa y exhaustiva, un seguimiento constante que abarca toda la vida del producto.

 

En la Granja: Nuestros auditores visitan las explotaciones ganaderas para verificar la raza de los animales a través de sus registros genealógicos, inspeccionan las instalaciones y comprueban la alimentación que reciben en cada fase de su vida.

 

En la Dehesa: Durante la montanera, realizamos visitas a las dehesas para contar los animales y asegurar que la carga ganadera no supera la establecida por la norma. Verificamos in situ que la base de su alimentación son las bellotas y la hierba.

 

En el Matadero: Controlamos el sacrificio de los animales certificados y la correcta identificación de las piezas (jamones, paletas, lomos) para que su trazabilidad no se rompa jamás.

 

En Secaderos y Bodegas: Hacemos un seguimiento de las piezas durante su largo proceso de curación, verificando que se cumplen los tiempos mínimos de elaboración antes de que puedan salir al mercado.

 

Solo cuando todo este proceso se ha completado satisfactoriamente y cada paso ha sido verificado, la pieza puede llevar el precinto de color que le corresponde. El precinto no es una pegatina, es el sello final de un proceso de control que puede durar más de cinco años.

 

Conclusión

La Norma del Ibérico es mucho más que un reglamento; es un pacto de confianza entre productores y consumidores, articulado a través de la labor rigurosa de las entidades de certificación. Es la estructura que permite preservar la integridad de una denominación de origen y un producto emblemáticos, asegurando que la palabra «ibérico» sea siempre sinónimo de autenticidad, trazabilidad y máxima calidad.

Para el productor, la certificación no es un trámite, es la defensa de su legado y de su inversión. Para el consumidor, es la certeza de que la excelencia que busca en un jamón ibérico es real y demostrable.

Protege la autenticidad de tu legado. Contacta con Calicer y certifica la calidad que te hace único en el mundo.

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Bienestar animal certificado: más que ética, una inversión estratégica para tu marca

El consumidor ha cambiado. Ya no se conforma con un buen producto a un buen precio; quiere saber la historia que hay detrás. Quiere saber que su compra apoya prácticas justas, sostenibles y, cada vez con más fuerza, éticas. Dentro de esta nueva conciencia, el bienestar animal se ha convertido en un pilar fundamental que puede construir o destruir la reputación de una marca.

 

Decir «cuidamos de nuestros animales» ya no es suficiente. En la era de la información y la transparencia radical, las promesas deben ser respaldadas por pruebas. Los consumidores responsables de hoy exigen garantías verificables de que los animales en la cadena de producción han sido tratados con dignidad y respeto.

 

¿Cómo puede una empresa de producción ganadera demostrar de forma irrefutable su compromiso? La respuesta es inequívoca: a través de una certificación de bienestar animal emitida por una entidad experta e independiente. En CALICER, entendemos que este no es un tema de marketing, sino un componente esencial de la calidad certificada. En este artículo, exploraremos qué significa realmente el bienestar animal y por qué certificarlo es una de las decisiones estratégicas más inteligentes que puedes tomar por tu negocio.

 

  1. ¿Qué es realmente el bienestar animal? Las cinco libertades fundamentales

El concepto de bienestar animal no es subjetivo. Se basa en un marco científico reconocido internacionalmente conocido como las «Cinco Libertades», que actúan como una guía práctica para evaluar la calidad de vida de un animal. Una producción que garantiza el bienestar animal debe asegurar que sus animales estén:

 

Libres de hambre, sed y desnutrición: Teniendo acceso constante a agua fresca y a una dieta adecuada para mantener su salud y vigor.

 

Libres de miedos y angustias: Asegurando condiciones y un trato que eviten el sufrimiento mental, el estrés crónico o el pánico.

 

Libres de incomodidades físicas o térmicas: Proporcionando un entorno apropiado que incluya refugio y un área de descanso cómoda y protegida de las inclemencias del tiempo.

 

Libres de dolor, lesiones o enfermedades: Mediante la prevención, el diagnóstico rápido y el tratamiento adecuado de problemas de salud.

 

Libres para expresar las pautas propias de comportamiento: Disponiendo de espacio suficiente, instalaciones adecuadas y la compañía de otros animales de su especie para poder desarrollar sus comportamientos naturales.

 

Estas cinco libertades son la base sobre la que se construyen todos los esquemas serios de certificación. No se trata de «humanizar» a los animales, sino de respetar su naturaleza y sus necesidades biológicas.

 

  1. El consumidor del siglo XXI: por qué el bienestar animal vende

Ignorar la creciente demanda de bienestar animal es darle la espalda al mercado. Las empresas que lideran el sector han entendido que un compromiso ético genera un retorno económico tangible:

 

Disposición a Pagar un Precio Premium: Numerosos estudios de mercado confirman que una parte significativa de los consumidores está dispuesta a pagar más por productos (carne, leche, huevos) que provienen de sistemas de producción que garantizan un alto nivel de bienestar animal.

 

Asociación Directa con la Calidad: Los consumidores asocian, de forma intuitiva y a menudo correcta, el bienestar animal con un producto final de mayor calidad. Un animal sano, sin estrés y bien alimentado produce una carne más tierna y sabrosa. La ética se percibe como un ingrediente más de la calidad.

 

Construcción de una Imagen de Marca Sólida: En un lineal lleno de productos similares, un sello de bienestar animal certificado es un potente diferenciador. Comunica valores de responsabilidad, cuidado y transparencia, creando una conexión emocional y una lealtad duradera con el cliente.

 

Gestión de la Reputación (La Era de la Viralidad): Hoy en día, una sola imagen o vídeo que muestre malas prácticas puede volverse viral en cuestión de horas y arruinar la reputación de una empresa. Una certificación actúa como un cortafuegos: demuestra que la empresa se somete a auditorías externas y tiene protocolos sólidos, protegiendo la marca de crisis reputacionales.

 

  1. La certificación de bienestar animal: de la promesa a la evidencia

¿Cómo funciona el proceso de certificación? Es una evaluación rigurosa y objetiva que va mucho más allá de una simple inspección visual.

 

Un auditor experto de CALICER no solo revisa la documentación, sino que se desplaza a las granjas y plantas para evaluar in situ decenas de parámetros basados en las Cinco Libertades. ¿Qué se audita exactamente?

 

En la granja: Se evalúa la densidad de animales por metro cuadrado, la limpieza y calidad de las camas, el acceso a patios exteriores o pastos, la calidad del aire y la ventilación, el diseño de los comederos y bebederos para evitar competencia y estrés, y los registros de salud y tratamientos veterinarios.

 

Durante el transporte: Se revisa el estado del vehículo, la duración de los trayectos, la densidad de carga y las prácticas de manejo durante la carga y descarga para minimizar el estrés de los animales.

 

En la planta de procesado: Se auditan los protocolos de manejo en los corrales de espera y, de forma crucial, la eficacia de los métodos de aturdimiento para garantizar una pérdida de conocimiento instantánea e indolora.

 

La certificación no es un evento puntual, es un compromiso continuo. Las auditorías se repiten periódicamente para asegurar que los altos estándares se mantienen en el tiempo. El sello de CALICER en un producto es, por tanto, la evidencia de que todo este proceso ha sido superado con éxito.

 

  1. CALICER: validando tu compromiso con la ética y la calidad

En CALICER, contamos con auditores altamente cualificados, con un profundo conocimiento de los sistemas de producción ganadera y de los diferentes esquemas de certificación de bienestar animal, como el sello B+ de Provacuno o el sello de Bienestar Animal Certificado de Interporc.

 

Nuestro papel es doble. Por un lado, actuamos como evaluadores independientes que garantizan la credibilidad del sistema ante el consumidor final. Por otro, somos un socio para el productor, ayudándole a identificar puntos de mejora y a implementar las mejores prácticas que no solo benefician a los animales, sino que a menudo también optimizan la eficiencia y la productividad de la explotación.

 

Conclusión

 

El bienestar animal ha trascendido el debate ético para convertirse en un pilar estratégico de la sostenibilidad y la competitividad en la industria alimentaria. Ya no es una cuestión de si una empresa debe o no preocuparse por ello, sino de cómo puede demostrar su compromiso de una manera creíble y transparente.

 

En un mercado que premia la autenticidad, la certificación de bienestar animal es la herramienta más poderosa para alinear los valores de tu empresa con los de tus clientes. Es la forma de convertir tu buen hacer diario en una ventaja competitiva visible, protegiendo tu marca y abriendo la puerta a los consumidores más exigentes y conscientes del mañana.

 

Demuestra que tu compromiso con los animales es real. Contacta con CALICER y certifica el valor ético que te diferencia.

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Exportación de alimentos fuera de la UE: la guía definitiva para abrir mercados con éxito

El sector agroalimentario español es sinónimo de calidad en todo el mundo. Productos como nuestro jamón ibérico, nuestros quesos o nuestro aceite de oliva son joyas gastronómicas con un enorme potencial más allá de las fronteras europeas. Dar el salto a la exportación de alimentos a terceros países es el objetivo natural de crecimiento para cualquier empresa ambiciosa. Mercados como Estados Unidos, China, Japón o el sudeste asiático ofrecen millones de nuevos consumidores ávidos de productos de alta calidad.

 

Sin embargo, el camino hacia los mercados internacionales está lleno de complejidades. Cada país es un mundo, con su propio muro regulatorio, sus barreras culturales y sus desafíos logísticos. Improvisar no es una opción; puede costar tiempo, dinero y dañar la reputación de la empresa.

 

El éxito en el comercio exterior requiere una estrategia sólida, un conocimiento profundo del mercado de destino y, sobre todo, una llave maestra que abre las puertas más difíciles: la certificación para exportación. En CALICER, como socios estratégicos de innumerables empresas en su aventura internacional, hemos creado esta guía definitiva para ayudarte a navegar estos desafíos y convertir tu ambición global en una realidad rentable.

 

  1. El Muro Regulatorio: Los 4 grandes desafíos de la exportación a terceros países

Vender fuera del Mercado Único Europeo significa enfrentarse a un tablero de juego completamente nuevo. Estos son los principales obstáculos que deberás superar:

 

  1. Barreras arancelarias y acuerdos comerciales: Los aranceles son impuestos que un país aplica a los productos importados. Pueden encarecer tu producto hasta el punto de hacerlo no competitivo. Es fundamental investigar si existen acuerdos comerciales entre la Unión Europea y tu país de destino que puedan reducir o eliminar estos aranceles, dándote una ventaja crucial.

 

  1. Normativas sanitarias y fitosanitarias específicas: Este es, sin duda, el mayor desafío. La seguridad alimentaria internacional no está unificada. Cada país o región tiene su propia agencia y sus propias reglas, que a menudo son mucho más estrictas que las europeas.

 

Estados Unidos: La Food and Drug Administration (FDA) y, para productos cárnicos, el Food Safety and Inspection Service (FSIS), exigen el registro de todas las instalaciones de producción, un etiquetado específico y el cumplimiento de la rigurosa Ley de Modernización de la Inocuidad de los Alimentos (FSMA).

 

China: La Administración General de Aduanas (GACC) requiere un registro previo y audita los sistemas de control de los países de origen. Sus requisitos de etiquetado y trazabilidad son extremadamente detallados.

 

Japón: Es conocido por sus estrictos controles sobre los límites máximos de residuos (LMR) de pesticidas y aditivos.

 

  1. Complejidad del etiquetado: El etiquetado que usas en España o en la UE no suele ser válido en otros mercados. Debes adaptar cada etiqueta al país de destino, lo que implica no solo traducir el idioma, sino también cumplir con normativas locales sobre:

 

El formato de la información nutricional.

 

La declaración de alérgenos (la lista puede variar).

 

El tamaño de la letra y la disposición de la información.

 

Símbolos o advertencias sanitarias obligatorias.

 

  1. Logística y cadena de frío: Un envío transoceánico es un reto logístico mayúsculo. Garantizar la integridad de la cadena de frío durante semanas, gestionar la documentación aduanera (certificados de origen, facturas comerciales, certificados sanitarios) y coordinar el transporte terrestre en el país de destino requiere una planificación impecable y socios logísticos fiables.

 

  1. La certificación: tu pasaporte universal para la exportación

Ante este panorama tan complejo, ¿cómo puede una empresa demostrar a las autoridades de un país extranjero que sus productos son seguros y cumplen con los más altos estándares de calidad? La respuesta es la certificación.

 

Una certificación para exportación emitida por una entidad de confianza como CALICER actúa como un pasaporte universal. No es solo un papel, es la evidencia de que tu empresa tiene un sistema de gestión de la calidad y la seguridad alimentaria robusto, auditado y verificado.

 

Genera Confianza Inmediata: Para un importador o una autoridad aduanera en Tokio o Nueva York, un certificado reconocido internacionalmente (como BRCGS o IFS, por ejemplo) o un certificado específico de producto (como la Norma del Ibérico) es una garantía inmediata. Simplifica las inspecciones y acelera los trámites porque transmite que «esta empresa sabe lo que hace».

 

Es un Requisito Indispensable: En muchos casos, no es una opción. Para exportar carne a EE.UU., necesitas que tu planta esté en la lista de establecimientos autorizados por el FSIS. Para vender a la comunidad musulmana, necesitas una certificación Halal. Sin el certificado adecuado, tu producto simplemente no puede entrar en el país.

 

Abre Puertas a los Mejores Clientes: Los grandes distribuidores y cadenas de supermercados a nivel mundial exigen a sus proveedores que estén certificados bajo los más altos estándares. La certificación no solo te permite entrar en un país, sino que te da acceso a los clientes más importantes y rentables.

 

  1. Preparando tu empresa para el salto internacional

Exportar con éxito no es un proyecto de un día para otro. Requiere una preparación interna a conciencia:

 

Investigación de Mercado: Analiza qué mercados tienen mayor demanda para tu producto, quiénes son tus competidores y cuál es el perfil del consumidor local.

 

Análisis Interno: Evalúa tu capacidad de producción. ¿Puedes satisfacer un aumento de la demanda sin comprometer la calidad? ¿Tienes el personal con los conocimientos necesarios?

 

Plan de Adaptación: Identifica qué cambios necesitas hacer en tu producto, tu proceso y tu etiquetado para cumplir con los requisitos del mercado de destino.

 

Estrategia de Certificación: Aquí es donde entramos nosotros. Contacta con un socio certificador como CALICER desde el principio. Te ayudaremos a identificar qué certificaciones son necesarias o más valoradas en tu mercado objetivo y te guiaremos paso a paso en el proceso para obtenerlas.

 

  1. CALICER: tu socio estratégico para conquistar nuevos mercados

En CALICER, nuestro trabajo va más allá de realizar una auditoría. Nos convertimos en tu departamento de calidad y comercio exterior externalizado. Entendemos los retos de la agroalimentación y te ayudamos a:

 

Diagnosticar tus necesidades: Analizamos tu producto y tu mercado objetivo para recomendarte la estrategia de certificación más eficiente.

 

Prepararte para la auditoría: Te guiamos en la implementación de los procedimientos y registros necesarios para asegurar un resultado exitoso.

 

Emitir la certificación: Proporcionamos el «pasaporte» que acredita tu compromiso con la calidad y la seguridad a nivel mundial.

 

Conclusión

 

La exportación de alimentos a terceros países es una maratón, no un sprint. Es una aventura llena de desafíos, pero con una recompensa inmensa para aquellas empresas que se preparan a conciencia. En un escenario global donde la confianza es el activo más valioso, la calidad ya no se puede dar por sentada; debe ser demostrada y verificada.

 

La certificación no es un gasto, es la inversión más inteligente que puedes hacer para asegurar tu éxito internacional. Es la prueba irrefutable de tu excelencia y la llave que te abrirá las puertas de los mercados más exigentes del mundo.

 

¿Estás listo para que tus productos conquisten el mundo? Contacta con CALICER y empecemos a trazar juntos tu ruta hacia el éxito internacional.

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Etiquetado de alimentos: guía completa 2025 para productores

En el competitivo lineal de un supermercado, la etiqueta de un producto es mucho más que un simple envoltorio. Es el DNI del alimento, su carta de presentación y, a menudo, el único punto de comunicación directa entre el productor y el consumidor final. Una etiqueta clara, precisa y honesta puede ser el factor decisivo en una decisión de compra. Por el contrario, un error, una omisión o una declaración engañosa pueden derivar en sanciones, retiradas de producto y, lo que es peor, la pérdida irreparable de la confianza del cliente.

 

Navegar el laberinto de la legislación sobre el etiquetado de alimentos, con el Reglamento (UE) 1169/2011 como pilar central, y además anticiparse a las nuevas tendencias, es uno de los mayores desafíos para cualquier empresa del sector. La información al consumidor ya no es una opción, es una obligación y una oportunidad.

 

Como entidad experta en la certificación de productos, en CALICER revisamos cientos de etiquetas y sabemos que un etiquetado correcto es el broche de oro a un proceso de producción de calidad. Por ello, hemos creado esta guía completa para 2025, pensada para que productores como tú no solo cumplan con la normativa europea, sino que utilicen la etiqueta como una poderosa herramienta para generar confianza y destacar en el mercado.

 

  1. ¿Por qué es tan importante el etiquetado? Mucho más que una lista de ingredientes

Debemos entender la etiqueta desde su doble función, ambas igual de cruciales:

 

Como Obligación Legal y Sanitaria: La principal función del etiquetado es garantizar la seguridad alimentaria. Proporciona información vital para la salud pública, especialmente en lo que respecta a los alérgenos, las fechas de caducidad y las condiciones de conservación. El incumplimiento de estas directrices no es un asunto menor; conlleva graves riesgos para la salud de los consumidores y puede acarrear sanciones económicas muy severas para la empresa.

 

Como Herramienta de Marketing y Confianza: En un mercado saturado, la transparencia es tu mejor arma. Una etiqueta que ofrece información clara, completa y verificable sobre el origen, los valores nutricionales o los sellos de calidad (como los que otorga CALICER) transmite profesionalidad y honestidad. Es tu oportunidad para contar la historia de tu producto y conectar con las preocupaciones del consumidor actual, que valora la autenticidad por encima de todo.

 

  1. Los 7 elementos obligatorios que NO pueden faltar en tu etiqueta

El Reglamento 1169/2011 establece una serie de menciones obligatorias que deben figurar en el etiquetado de la mayoría de los alimentos transformados. Asegúrate de que tu producto las incluye todas de forma clara y legible:

 

Denominación del Alimento: No es el nombre comercial, sino su nombre legal o descriptivo. Debe reflejar la verdadera naturaleza del producto (ej. «Yogur natural azucarado»).

 

Lista de Ingredientes: Deben enumerarse en orden decreciente de peso. Y aquí viene el punto más crítico: los alérgenos (hay 14 de declaración obligatoria, como gluten, crustáceos, huevos, pescado, cacahuetes, soja, leche, etc.) deben destacarse claramente del resto de ingredientes, por ejemplo, usando negrita, un tipo de letra diferente o un subrayado.

 

Cantidad de Determinados Ingredientes: Si un ingrediente se destaca en la denominación del producto o mediante una imagen (ej. «Pastel de fresa»), se debe indicar su porcentaje en la lista de ingredientes.

 

Cantidad Neta: El peso o volumen del producto, sin contar el envase.

 

Fecha de Duración Mínima o Fecha de Caducidad: Es vital distinguir entre «Consumir preferentemente antes del…» (indica que el producto puede perder cualidades pero sigue siendo seguro) y «Fecha de caducidad» (indica que el producto no es seguro para el consumo después de esa fecha).

 

Condiciones Especiales de Conservación y/o Utilización: Instrucciones como «Conservar en un lugar fresco y seco» o «Una vez abierto, consumir en 3 días».

 

Identificación de la Empresa: El nombre o la razón social y la dirección del operador de la empresa alimentaria responsable del producto.

 

  1. Tendencias y cambios en el horizonte del etiquetado europeo

La normativa alimentaria es un ente vivo. Estar al día es fundamental para la exportación de alimentos y para competir en el mercado nacional. Estas son las tendencias que marcarán el etiquetado en 2025 y más allá:

 

Etiquetado de Origen Extendido: La presión de los consumidores por conocer el origen de lo que comen es cada vez mayor. La UE está avanzando para que la indicación del país de origen sea obligatoria no solo para productos frescos, sino también para los ingredientes primarios de alimentos procesados (ej. la leche en un yogur o el trigo en la pasta).

 

Etiquetado Nutricional Frontal (FOPL): El debate sobre un sistema armonizado para toda la UE sigue abierto. Sistemas como Nutri-Score (el semáforo nutricional) ya se han implantado en varios países. Los productores deben estar preparados para adaptar sus envases a un sistema que permita al consumidor evaluar la calidad nutricional de un producto de un solo vistazo.

 

Lucha contra las «Declaraciones Verdes» Engañosas: La Comisión Europea está legislando para prohibir afirmaciones ambientales genéricas como «ecológico» o «sostenible» si no están respaldadas por un excelente comportamiento medioambiental demostrado y certificado. Esto dará aún más valor a las certificaciones de sostenibilidad serias y rigurosas.

 

Etiquetado Digital (e-label): El espacio en una etiqueta es limitado. Por ello, los códigos QR se están convirtiendo en una extensión digital del envase. Permiten ofrecer al consumidor información detallada sobre la trazabilidad (vinculándose a tecnologías como el blockchain), recetas, información sobre sostenibilidad y mucho más.

 

  1. ¿Cómo te ayuda una certificación de CALICER a garantizar un etiquetado correcto?

La certificación de un producto no es un proceso ajeno al etiquetado; de hecho, están íntimamente ligados. Cuando en CALICER auditamos un producto bajo un pliego de condiciones específico (como la Norma del Ibérico, por ejemplo), una parte fundamental de nuestro trabajo es la verificación.

 

Verificamos las Menciones de Calidad: Si tu etiqueta dice «Jamón de Bellota 100% Ibérico», nuestro equipo de auditores ha verificado en campo que la genética de los animales, su alimentación en la dehesa y todo el proceso de curación cumplen estrictamente con lo que exige la norma.

 

Revisamos la Coherencia: Nos aseguramos de que toda la información que aparece en la etiqueta es coherente con los registros de trazabilidad del producto.

 

Damos credibilidad a tus declaraciones: Un sello de CALICER en tu envase es una garantía para el consumidor. Le dice que lo que tú afirmas en la etiqueta no es solo marketing, sino un hecho verificado por una tercera parte independiente y experta. Esto te protege a ti de acusaciones de publicidad engañosa y protege al consumidor del fraude.

 

Conclusión

En definitiva, la etiqueta de tu producto es tu contrato de confianza con el consumidor. En un entorno regulatorio cada vez más exigente y con un cliente cada vez más informado, no hay margen para el error. Un etiquetado preciso, transparente y legal no debe verse como una carga, sino como la culminación de un trabajo bien hecho y una poderosa ventaja competitiva.

Es la forma de demostrarle al mundo la calidad y el cuidado que pones en cada paso de tu cadena de producción. Y en esa tarea, la rigurosidad y el respaldo de una certificación de calidad son tus mejores aliados.

No dejes que una etiqueta incorrecta opaque la calidad de tu producto. Contacta con CALICER y asegura que tu mensaje llega al consumidor con la máxima garantía y fiabilidad.

INGREDIENTES PUROS (1)

Más allá de la etiqueta verde: cómo certificar un compromiso real con la sostenibilidad alimentaria

«Sostenible», «Ecológico», «Respetuoso con el medio ambiente». Estas palabras inundan los envases de nuestros alimentos, prometiendo un futuro más verde y un consumo más ético. La demanda es innegable: los consumidores de hoy no solo buscan calidad y buen precio, sino que también quieren saber que sus decisiones de compra apoyan a un planeta sano y a una sociedad justa. Sin embargo, esta creciente conciencia ha traído consigo un efecto secundario peligroso: el greenwashing.

El greenwashing, o «lavado de cara verde», es la práctica de hacer afirmaciones de sostenibilidad vagas o engañosas con fines de marketing, sin un compromiso real que las respalde. ¿Cómo puede entonces una empresa agroalimentaria demostrar que su compromiso ambiental es genuino? ¿Y cómo puede un consumidor confiar en las promesas de una marca?

La respuesta es clara y contundente: a través de la certificación por parte de una entidad independiente y experta. En CALICER, como certificadora agroalimentaria de referencia, creemos que la sostenibilidad no es una moda, sino el pilar fundamental de la industria alimentaria del futuro. En este artículo, profundizaremos en qué significa realmente la sostenibilidad alimentaria y por qué una certificación es la única herramienta válida para verificarla.

 

  1. ¿Qué es realmente la sostenibilidad en la industria alimentaria? Los tres pilares fundamentales

La sostenibilidad es un concepto integral que va mucho más allá de reciclar o usar menos plástico. Para que un sistema alimentario sea verdaderamente sostenible, debe equilibrar tres dimensiones interconectadas, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

 

Pilar 1: Sostenibilidad Ambiental

Este es el pilar más conocido. Se centra en el impacto de la producción de alimentos en el planeta. Implica prácticas que protegen y regeneran los ecosistemas. Hablamos de:

Gestión del agua: Uso eficiente y responsable de los recursos hídricos.

Salud del suelo: Técnicas agrícolas que previenen la erosión y mejoran la fertilidad del suelo a largo plazo.

Reducción de la huella de carbono: Optimización del uso de energía, uso de renovables y logística eficiente para minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Protección de la biodiversidad: Fomentar hábitats para la fauna local y evitar prácticas que dañen los ecosistemas circundantes.

Gestión de residuos: Minimizar el desperdicio alimentario y optar por envases reciclables o compostables.

 

Pilar 2: Sostenibilidad Social

Este pilar se enfoca en el impacto de la empresa en sus trabajadores, la comunidad local y los consumidores. Una empresa socialmente sostenible:

Garantiza condiciones laborales justas: Salarios dignos, seguridad en el trabajo y respeto a los derechos de los empleados.

Fomenta el desarrollo comunitario: Apoya a los productores locales y participa activamente en la mejora de la comunidad en la que opera.

Asegura el bienestar animal: Implementa protocolos que garantizan un trato ético y respetuoso a los animales durante todo su ciclo de vida.

Ofrece productos seguros y nutritivos: La responsabilidad social empieza por garantizar la máxima calidad y seguridad del alimento que llega al consumidor.

 

Pilar 3: Sostenibilidad Económica

La sostenibilidad también debe ser rentable. Una empresa que no es económicamente viable no puede mantener sus compromisos ambientales o sociales a largo plazo. Este pilar implica:

Viabilidad para el productor: Asegurar que las prácticas sostenibles permitan a los agricultores y ganaderos obtener un beneficio justo por su trabajo.

Eficiencia y resiliencia: Optimizar los procesos para reducir costes operativos y crear un modelo de negocio robusto capaz de adaptarse a los cambios del mercado y del clima.

Comercio justo: Construir relaciones transparentes y equitativas con proveedores y clientes.

Solo cuando una empresa trabaja activamente en estos tres pilares puede afirmar que su modelo es verdaderamente sostenible.

 

  1. El Peligro del greenwashing: cuando lo «verde» es solo marketing

El greenwashing es el principal enemigo de la sostenibilidad real. Ocurre cuando una empresa invierte más recursos en publicitar que es «verde» que en implementar prácticas que realmente lo sean. Utiliza términos ambiguos como «natural» o «eco-friendly» sin ninguna prueba que lo respalde, o destaca una única acción positiva (como usar envases reciclados) para desviar la atención de otras prácticas perjudiciales.

Esta práctica no solo engaña a los consumidores bienintencionados, sino que también perjudica a las empresas que sí están haciendo un esfuerzo honesto y significativo. Crea un mercado saturado de ruido donde es difícil distinguir el compromiso real de la simple fachada.

 

  1. La certificación: el puente entre la intención y la confianza

¿Cómo se combate el greenwashing? Con datos, pruebas y verificación externa. Y eso es exactamente lo que ofrece una certificación de sostenibilidad.

Cuando una empresa decide certificarse con una entidad como CALICER, no está simplemente comprando una etiqueta. Está iniciando un proceso riguroso de auditoría y evaluación en el que debe demostrar, con hechos y registros, que cumple con los estándares establecidos en los tres pilares de la sostenibilidad.

Un equipo auditor experto visita las instalaciones, revisa la documentación, entrevista al personal y evalúa los procesos de principio a fin. Se analiza desde la gestión de los purines en una granja hasta las nóminas de los trabajadores, pasando por las facturas de electricidad o los registros de consumo de agua. Este escrutinio objetivo y profesional es lo que convierte una promesa de sostenibilidad en un hecho verificado.

 

  1. Beneficios de una certificación de sostenibilidad (Más Allá del Marketing)

Obtener una certificación de sostenibilidad no es solo una forma de validar tus esfuerzos, es una inversión estratégica que reporta beneficios tangibles para el negocio:

Acceso a nuevos mercados: Cada vez más, las grandes cadenas de distribución y los mercados de exportación, especialmente en el marco del Pacto Verde Europeo, exigen a sus proveedores certificados que garanticen prácticas sostenibles.

Mejora de la eficiencia y reducción de costes: La auditoría a menudo revela puntos de ineficiencia. Implementar medidas para reducir el consumo de agua o energía no solo es bueno para el planeta, sino también para la cuenta de resultados.

Fortalecimiento de la reputación de marca: En un mercado competitivo, una certificación de prestigio te diferencia. Genera lealtad entre los consumidores conscientes y construye una imagen de marca sólida y fiable.

Atracción y retención de talento: Los mejores profesionales quieren trabajar en empresas que se alineen con sus valores. Un compromiso certificado con la sostenibilidad es un poderoso imán para el talento.

Gestión de riesgos: Estar certificado asegura que cumples con la legislación ambiental y social vigente y te prepara para futuras regulaciones, que serán cada vez más estrictas.

 

  1. CALICER: tu aliado estratégico en el camino hacia la sostenibilidad

El camino hacia la certificación puede parecer intimidante, pero no tienes que recorrerlo solo. En CALICER, entendemos la sostenibilidad como un proceso de mejora continua. Nuestro rol no es simplemente juzgar, sino acompañar.

Te ayudamos a entender los requisitos, a identificar áreas de mejora en tus procesos y a prepararte para una auditoría exitosa. Nuestro objetivo es que la certificación sea el resultado natural de una cultura empresarial verdaderamente comprometida con un futuro sostenible para la industria alimentaria.

 

Conclusión

La sostenibilidad ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad imperativa. Los consumidores, los mercados y el propio planeta exigen un cambio real en la forma en que producimos y consumimos alimentos. Las declaraciones vacías y el marketing verde ya no son suficientes.

La única forma de demostrar un compromiso real, de generar una confianza duradera y de construir un negocio preparado para el futuro es a través de la verificación y la certificación. Es el momento de pasar de las palabras a los hechos.

Contacta con CALICER y da el primer paso para certificar tu compromiso con un futuro alimentario verdaderamente sostenible.

Blockchain

Blockchain en la alimentación: la revolución de la confianza y la certificación agroalimentaria

En un mundo donde el consumidor exige más transparencia que nunca, la industria agroalimentaria se enfrenta a un desafío monumental: ¿cómo podemos garantizar de forma irrefutable el origen, la calidad y la autenticidad de un producto? Escándalos alimentarios, fraudes en el etiquetado y cadenas de suministro opacas han erosionado la confianza del público. La respuesta a este reto no se encuentra en los métodos tradicionales, sino en una de las tecnologías más disruptivas de nuestro tiempo: el Blockchain.

Lejos de ser un concepto reservado para las criptomonedas, el blockchain está emergiendo como el pilar de la nueva era de la seguridad alimentaria. Esta tecnología promete una trazabilidad total, del campo a la mesa, creando un registro digital inmutable que beneficia a todos: productores honestos, distribuidores eficientes y, por supuesto, consumidores informados.

En CALICER, como entidad certificadora comprometida con la vanguardia y la máxima garantía de calidad, entendemos que la innovación es clave para el futuro del sector. Por eso, en este artículo vamos a desmitificar la tecnología agroalimentaria del blockchain y a explorar cómo está destinada a transformar para siempre la certificación de calidad.

 

  1. ¿Qué es exactamente la tecnología Blockchain? (Explicado de forma sencilla)

Imagina un libro de contabilidad digital. Cada vez que ocurre una transacción o un evento (por ejemplo, una partida de aceitunas sale de una finca), se anota en una página de ese libro. Esta página se denomina «bloque». Una vez que el bloque está lleno de información, se sella criptográficamente y se une al bloque anterior, formando una «cadena de bloques» o blockchain.

 

¿Cuál es la magia de este sistema?

Inmutabilidad: Una vez que un bloque se añade a la cadena, es prácticamente imposible de modificar o eliminar. Cambiar la información de un bloque requeriría alterar todos los bloques posteriores, una tarea computacionalmente inviable. Esto garantiza la integridad de los datos.

 

Descentralización: En lugar de estar guardado en un único servidor central (como el de un banco o una empresa), este libro de contabilidad se distribuye y se copia entre múltiples ordenadores (nodos) de una red. Todos los participantes autorizados tienen una copia idéntica y actualizada.

 

Transparencia: Aunque los datos pueden ser confidenciales, los participantes autorizados en la red (productor, transportista, procesador, certificador, distribuidor) pueden ver el historial completo de transacciones, asegurando que todos trabajan con la misma información veraz.

 

En resumen, el blockchain es un notario digital, incorruptible y siempre disponible, que registra cada paso en la vida de un producto alimentario.

 

  1. Trazabilidad 2.0: Del campo a la mesa sin puntos ciegos

La trazabilidad tradicional a menudo depende de registros en papel, hojas de cálculo o sistemas informáticos aislados que no se comunican entre sí. Esto crea «puntos ciegos» en la cadena de suministro, donde la información se puede perder, manipular o simplemente ser inconsistente.

La certificación blockchain elimina estos puntos ciegos. Cada actor de la cadena de suministro registra su parte del proceso en la red.

El agricultor: Registra la fecha de siembra, los tratamientos fitosanitarios aplicados, la fecha de cosecha y el número de lote.

El transportista: Registra la recogida del lote y, mediante sensores IoT (Internet de las Cosas), puede incluso registrar en tiempo real la temperatura y la humedad del contenedor, asegurando que no se rompa la cadena de frío.

La planta de procesado: Registra la recepción del lote, las fechas de procesamiento, los controles de calidad realizados y los nuevos lotes de producto terminado.

El certificador (como Calicer): Accede a toda esta información en tiempo real para verificar el cumplimiento de las normativas (por ejemplo, la Norma del Ibérico), auditar procesos de forma más eficiente y emitir certificados digitales que se vinculan directamente al producto en la blockchain.

El resultado es un historial digital completo, fiable y accesible. Si surge un problema de seguridad alimentaria, se puede identificar el origen exacto del problema en minutos, en lugar de días o semanas, permitiendo retiradas de producto mucho más rápidas y precisas.

 

  1. El fin del fraude alimentario: Garantizando la autenticidad

Uno de los mayores beneficios de esta innovación en alimentación es su capacidad para combatir el fraude. Productos de alto valor como el jamón ibérico, el aceite de oliva virgen extra o los vinos con denominación de origen son a menudo objeto de falsificaciones que engañan al consumidor y perjudican a los productores legítimos.

Con el blockchain, cada producto puede tener una identidad digital única. Un código QR en el envase puede ser el portal del consumidor a toda la historia del producto. Al escanearlo con su móvil, podrá ver:

La finca exacta de donde procede.

La fecha en que fue procesado.

Los certificados de calidad emitidos por una entidad de confianza como Calicer.

El camino que ha seguido hasta llegar a la tienda.

Esta transparencia radical empodera al consumidor y construye una confianza del consumidor sólida, basada en pruebas verificables y no solo en promesas de marketing. Para el productor, significa que el valor de su trabajo y de su certificación está protegido contra la imitación.

 

  1. Beneficios para todos: Un ecosistema de confianza

La adopción de la certificación blockchain no beneficia a un único actor, sino que crea un círculo virtuoso que fortalece todo el ecosistema agroalimentario.

Para los Productores: Les permite diferenciar sus productos, justificar un precio premium basado en una calidad demostrable, acceder a mercados internacionales más exigentes y simplificar enormemente los procesos de auditoría y certificación.

Para los Certificadores: Entidades como Calicer pueden ofrecer un servicio de certificación más robusto, eficiente y transparente. Las auditorías pueden ser más rápidas y menos invasivas, y el valor del sello de certificación se multiplica al estar respaldado por datos inmutables.

Para los Distribuidores y Minoristas: Les permite gestionar su inventario de forma más eficaz, minimizar riesgos en caso de alertas sanitarias y ofrecer a sus clientes la transparencia que demandan, fortaleciendo su propia reputación de marca.

Para los Consumidores: Es la máxima garantía. Les proporciona el poder de tomar decisiones de compra informadas, verificar las promesas de un producto y tener la certeza de que están pagando por la calidad y autenticidad que se les promete.

 

  1. El futuro ya está aquí: El papel de Calicer en la nueva era de la certificación

La certificación blockchain no es una fantasía futurista; es una realidad que grandes empresas del sector ya están implementando. El camino hacia la adopción puede parecer complejo, pero es aquí donde el papel de un certificador experto y adaptado al futuro se vuelve fundamental.

En Calicer no solo validamos el cumplimiento de las normativas actuales, sino que también actuamos como guías para nuestros clientes en la transición hacia las tecnologías que definirán el mañana. Nuestro profundo conocimiento del sector agroalimentario nos permite ayudar a las empresas a integrar soluciones de blockchain que se adapten a sus necesidades específicas, asegurando que la tecnología trabaje a favor de su producto y no al revés.

La innovación en alimentación avanza a un ritmo imparable. Aquellas empresas que abracen la transparencia y la tecnología para validar su compromiso con la calidad no solo sobrevivirán, sino que liderarán el mercado del futuro. La confianza del consumidor ya no se pide, se demuestra. Y con la tecnología blockchain, esa demostración es más poderosa que nunca.

 

Conclusión

La confluencia de la tecnología agroalimentaria y la certificación está creando un nuevo paradigma en la industria. El blockchain ofrece una solución elegante y robusta a los desafíos históricos de la trazabilidad, la seguridad y la autenticidad. Es la herramienta que permite transformar las palabras «calidad certificada» en una realidad verificable, accesible con un simple gesto desde el teléfono móvil de cualquier consumidor.

Si eres un productor comprometido con la excelencia y buscas no solo cumplir con las normativas, sino también construir una relación de confianza inquebrantable con tus clientes, es el momento de explorar lo que la certificación blockchain puede hacer por ti.

Ponte en contacto con Calicer y descubre cómo podemos ayudarte a certificar el futuro de tus productos.

CALICER, seguridad agroalimentaria

Certificación y acreditación en la industria agroalimentaria: el liderazgo de CALICER

En la industria agroalimentaria, la certificación y la acreditación juegan un papel fundamental en la garantía de calidad, seguridad y confianza tanto para los consumidores como para las empresas. La certificación es un proceso que permite a las empresas demostrar que sus productos cumplen con normativas y estándares de calidad específicos. Por otro lado, la acreditación es el mecanismo que valida la competencia de las entidades certificadoras, asegurando uniformidad y rigurosidad en las evaluaciones.

En este contexto, CALICER se ha consolidado como una entidad certificadora de referencia, con años de experiencia en la verificación y certificación de productos agroalimentarios. Su compromiso con la excelencia y la rigurosidad en sus auditorías le ha permitido contar con diversas acreditaciones otorgadas por ENAC (Entidad Nacional de Acreditación), lo que garantiza la fiabilidad de sus certificaciones.

¿Qué es la certificación y por qué es clave en la industria agroalimentaria?

Definición y propósito de la certificación

La certificación en la industria agroalimentaria es un proceso de evaluación y verificación mediante el cual se garantiza que un producto, sistema o servicio cumple con ciertos estándares de calidad, seguridad y normativas establecidas. Este procedimiento es fundamental para asegurar la inocuidad de los alimentos, mejorar la competitividad empresarial y facilitar la entrada a mercados nacionales e internacionales.

Beneficios de la certificación

  • Proporciona confianza a los consumidores, quienes buscan productos seguros y de calidad.
  • Facilita el acceso a mercados seguros, ya que muchos países exigen certificaciones específicas para la importación.
  • Mejora la competitividad de las empresas, al diferenciar sus productos en un mercado exigente.
  • Cumple con regulaciones legales y sectoriales, reduciendo riesgos de sanciones y retiradas de productos.

Ejemplos de certificaciones agroalimentarias

Algunas de las certificaciones más comunes en la industria incluyen:

  • ISO 22000 (Sistema de Gestión de la Seguridad Alimentaria).
  • GlobalGAP (Buenas Prácticas Agrícolas a nivel global).
  • IFS y BRC (Certificaciones de seguridad alimentaria en distribuidores y minoristas).
  • Certificación SAE (Sistema de Autocontrol Específico para la Exportación).

La acreditación: el respaldo esencial para la certificación

¿Qué es la acreditación?

La acreditación es el proceso mediante el cual un organismo acreditador, como ENAC, valida la competencia de las entidades certificadoras. Su objetivo es garantizar que los procedimientos de certificación sean homogéneos y confiables.

Importancia de la acreditación en la industria agroalimentaria

  • Garantiza uniformidad en la aplicación de criterios de certificación.
  • Otorga mayor credibilidad a las empresas certificadas.
  • Contribuye a la transparencia en la evaluación de conformidad.
  • Facilita el reconocimiento internacional de las certificaciones emitidas.

El papel de ENAC en la acreditación

En España, ENAC es la entidad encargada de otorgar acreditaciones a los organismos de certificación, asegurando que estos cumplan con normas estrictas y operen con imparcialidad y competencia técnica.

CALICER es una Entidad de Certificación de producto acreditada por ENAC con acreditación Nº 23/C-PR016, de acuerdo a la norma UNE-EN ISO/IEC 17065

Beneficios de la certificación y acreditación en el sector agroalimentario

Beneficios para las empresas

  • Cumplimiento normativo, reduciendo el riesgo de sanciones.
  • Mayor trazabilidad y seguridad alimentaria, evitando riesgos sanitarios.
  • Acceso a mercados internacionales, donde la certificación es un requisito clave.

Beneficios para los consumidores

  • Mayor seguridad en los alimentos que consumen.
  • Transparencia en los procesos productivos.
  • Confianza en productos avalados por entidades certificadoras acreditadas.

CALICER: entidad certificadora con alcances acreditados por ENAC

Experiencia de CALICER en certificación agroalimentaria

CALICER cuenta con una amplia trayectoria en certificación agroalimentaria, ofreciendo auditorías y certificaciones que garantizan el cumplimiento de los estándares de calidad y seguridad.

Alcances acreditados por ENAC

CALICER ha obtenido diversas acreditaciones de ENAC, lo que respalda la calidad de sus evaluaciones. Entre sus principales certificaciones destacan:

  • Certificación para la exportación a terceros países (según RD 993/2014).
  • Certificación para productos ibéricos (según RD 4/2014).
  • Certificación para carnes frescas (Pliego de la I.G.P. Ternera de Aliste).
  • Certificación para jamón serrano.

¿Cómo ayuda CALICER a las empresas?

  • Auditorías rigurosas para garantizar el cumplimiento normativo.
  • Soporte en la mejora de procesos para asegurar la conformidad con los estándares internacionales.

 

La certificación y la acreditación son pilares esenciales para la seguridad y calidad en la industria agroalimentaria. Mientras que la certificación garantiza el cumplimiento de estándares, la acreditación valida la confiabilidad del proceso.

CALICER, con su experiencia y acreditaciones por parte de ENAC, es un socio estratégico para las empresas que buscan garantizar la calidad de sus productos y acceder a mercados globales.

Si necesitas certificar tus productos agroalimentarios con el respaldo de un organismo acreditado por ENAC, contacta con CALICER hoy mismo para garantizar el cumplimiento normativo y potenciar tu competitividad en el mercado.